sábado, 15 de diciembre de 2012

EL TURISMO TAURINO


EL  TURISMO TAURINO, UNA VERDAD INNEGABLE

DR. MOISES TACURI GARCIA

CONSEJERO REGIONAL POR TARMA

“Un pueblo que se quiere y se respeta,

Ama y perenniza sus tradiciones”


Moisés Tacuri.


En nuestra Provincia hay tres ciudades claramente taurinas, San pedro de Cajas, Palcamayo y Palca, en dichos distritos es muy grande el fervor que sus habitantes tienen por la Fiesta Brava, cada uno a su estilo y tradición.

San pedro de Cajas inicia devotamente sus celebraciones taurinas el día 2 de Julio, en honor a sus Santos patrones San Antonio de Padua, San Pedro de Patamarca y San Pablo, estas festividades lo hacen de una forma muy singular, con un gran derroche de entusiasmo, caballos de paso y los diferentes grupos de mayordomos y sus familiares que recuerdan a grupos de Samba brasileña, donde cada grupo es una suerte de escuela, pues cada uno de ellos está ataviado de un color que caracteriza a cada agrupación, siendo ello un espectáculo que embelesa al visitante.


Junto a estos grupos, los mayordomos desfilan montados en sendos caballos y sombreros de plumas que dan un toque especial y bello a San Pedro de Cajas. Vienen a estas fiestas los hijos Sanpedranos que radican en otros lugares del planeta, desde lugares muy lejanos como Europa y Norteamérica, todo es fiesta y algarabía, la tarde luce espléndida y su Plaza de Toros Manuel Rodriguez “Manolete”, luce con un lleno impresionante, afuera la gente pugna por ingresar al bello coso circular, el cual cuenta con todos los tendidos completos y de material noble, pero que al llenarse los espectadores, los que no encuentran sitio suben a la parte posterior de la Plaza donde un cerro vecino hace las veces de un tendido natural adicional dentro de la misma Plaza, se escucha en medio de la algarada tocar a varias bandas de músicos pasodobles y huaynitos de la zona que nos recuerda esa fusión de dos culturas Hispánica e Incaica, es en suma una verdadera fiesta del pueblo San pedrano, las vendedoras de comida en el parque no se abastecen para atender a tantos turistas y los transportistas hacen muchos viajes una y otra vez trayendo a los visitantes, los vendedores de ropa, viseras, artesanías , etc, no paran de vender, de todas las esquinas del pueblo llegan muchos pobladores, que caminan entusiasmados rumbo a la plaza, las autoridades y los mayordomos arriban al coso con toda su plana de cooperantes y familiares dando su vuelta triunfal y las damas integrantes de su séquito reparten dulces y frutas a los espectadores  siendo ello un desbande total y de fiesta multicolor. Luego salen los lidiadores en su solemne paseíllo y se inicia la tarde de toros que se repetirá muy similarmente al día siguiente con igual o hasta mayor expectativa de los concurrentes. Al término de la corrida se presentan los nuevos mayordomos que serán los encargados de organizar las tardes taurinas del próximo año, solventando los gastos muchas veces con su propio peculio y  tratarán de superar lo presentado cada año. Sin embargo el ganador siempre es el pueblo de San Pedro de Cajas.

En Palcamayo los días 29 y 30 de Julio, el pueblo Palcamaíno, también suele realizar dos tardes taurinas en Honor a su Santo Patrón San Cristobal, con lo mejor de la torería nacional e internacional y bellos toros de lidia que llenan la tarde de color, arte y emoción. El Coso de Palcamayo está ubicado en una empinada cuesta, mitad con graderías cementadas y la mitad restante con un camino natural, propio del cerro, hasta que se arriba  a la Plaza de toros, viendo en las afueras del mismo decenas de vivanderas ofreciendo sandwichs, anticuchos, videos, dulces, bebidas, etc, que el público compra antes de ingresar a los tendidos, en el interior se aprecia una algarabía general, la Plaza a pesar de estar con los tendidos incompletos suple esta carencia con tendidos improvisados de madera que se llenan en su totalidad, e igualmente en la parte posterior de la Plaza de Toros, se complementa con parte del cerro que hace las veces de un tendido más.

 Revienta un cohete anunciando la entrada de las autoridades y el mayordomo portando un estandarte patrio (este año le toco ser mayordomo a un colega mío, el Dr. José Correa Bravo, buen hijo de Palcamayo), ingresa adelante y en la parte central del cortejo  seguido por los integrantes del barrio que ese año le tocó realizar las corridas, gente de todas partes de Tarma, de otras latitudes y obviamente de Palcamayo pueblan totalmente todos los tendidos sin  excepción, los acompañantes de los mayordomos igualmente reparten dulces y frutas al público que se da cita cada fin de Julio de cada año, hay mucho ambiente de fiesta y el sol nada mezquino contribuye con generosidad al esplendor de la más bella de las fiestas. Los mayordomos afrontan muchos gastos para la organización de las corridas, pero nunca faltan hijos ilustres de Palcamayo que dadivosamente contratan a los toreros, compran los toros a lidiarse y solventan todos los detalles de nuestra Fiesta Nacional . Cada año rotativamente le toca a uno de los cuatro barrios de Palcamayo, organizar las corridas, dichos barrios son Ochonga, Shaca, Yaumán y Marcarac. Lo que es digno de rescatar es que cada uno de los pobladores de ese bello distrito de nuestra provincia no escatima ningún esfuerzo para que cada tarde taurina sea un éxito total, este año fue una de las fiestas más apoteósicas de los últimos tiempos.

La música de sendas bandas se esparce por todo el coso Palcamaíno y la Fiesta brava se inicia, el paseíllo, momento esperado por los aficionados,  es precedido por un toque de clarín y la corrida discurre esas tardes de fiestas patrias y es de esta forma que año tras año, los moradores de Palcamayo, sus hijos pródigos y todos los visitantes de fuera se dan una cita de honor para espectar su tradicional corrida, con todos los beneficios económicos que ella trae a los diversos comerciantes de la zona.

Palca es el último distrito en celebrar su tradicional corrida de toros cada primer domingo de agosto en honor a su patrón Santo Domingo de Guzmán, es el distrito que ha alcanzado un nivel de formalidad importante y que  siguiendo este ejemplo ,los otros distritos progresivamente van acortando distancias en ese afán de sana competencia. La fiesta taurina se inicia desde las primeras horas de ese domingo festivo, se respira un ambiente taurino por doquier, una gran marejada de turistas provenientes de todo el Perú van llegando progresivamente a la ciudad,  sus vehículos van colmando las inmediaciones de la Plaza, muchos se han alojado en los Hoteles de ciudades cercanas como Tarma y Acobamba, los restaurantes de toda la ciudad se encuentran atestados de comensales, las fotografías que guardan estos momentos gratos e intensos no se hacen esperar, los vendedores ambulantes de comida y bebidas en las proximidades de la Plaza dan el espíritu de esta fiesta única, muchos aficionados y amigos de Tarma llegan  al coso Palqueño, este año pisó las arenas de nuestra plaza una figura del toreo (Vicente Barrera) el cual alternó con su compatriota Jairo Miguel y nuestro connacional Fernando Roca rey, a quienes se les vió muchas pinceladas del buen toreo que ellos practican. La cantidad de gente foránea era incontable, el lleno de los tendidos de nuestra antigua Plaza Palqueña era hasta las banderas y afuera el gentío pugnaba por entrar con el agotamiento de las entradas, pero a pesar del gran éxito que tiene Palca para atraer turistas, nos falta aún explotar al máximo el turismo que se genera específicamente con la Fiesta de los Toros.


En Sevilla por ejemplo (acaso la ciudad más taurina de España), todas las corridas de la llamada Feria de Abril son abarrotadas por un sinnúmero de aficionados y turistas extranjeros (Asiáticos, latinos, americanos, etc) , fuera de la Plaza de la Real Maestranza (coso sevillano llamado así en honor a su majestad) pululan los mercaderes, vendiendo (o revendiendo) los billetes o entradas, cojines para sentarse, comidas rápidas, viseras o sombreros de paja fina, y por las mañanas (cuando no se festeja ninguna corrida) el coso se abre a los visitantes ingresando previo pago en la boletería, para reconocer tan preciada Plaza, la cual tiene como mérito ser la primera Plaza fija en ser construida en el mundo, el pago incluye la visita a todas las instalaciones de la Plaza, como la puerta del Príncipe (nombre con el que se le conoce a la puerta grande), el ruedo y su arena de un color amarillo sui géneris, una capilla que conmueve pues en sus paredes esta impresa en sus mayólicas la famosa oración del torero pidiendo protección y triunfo a la Virgen del Baratillo y a la Macarena, pero lo más llamativo es el museo taurino de Sevilla, Museo que atesora reliquias del mundo inmarcesible del toreo, como los trajes de luces de las grandes figuras del toreo como Manolete, Juan Belmonte, Joselito, Curro Romero, etc, así como pinturas y esculturas bellísimas de autores españoles. En las paredes se lucen las cabezas disecadas de toros célebres rodeadas con fotografías de los grandes momentos de la tauromaquia sevillana. Antes de salir de la Plaza se pasa por un bazar interno donde se encuentran todo tipo de artículos con motivos de la plaza de la Real Maestranza, como lápices, borradores, libretas de notas, toreros y toros en miniatura, polos, gorros, y tantos adminículos más.

En los alrededores de este famoso coso español hay muchas tiendas donde los souvenirs (o recuerdos) con motivos taurinos y propios de España abundan, como réplicas en miniatura de la Plaza, abanicos, muñecas de Bailaoras de Flamenco con su respectiva pareja, encendedores, llaveros y otros productos más que son la delicia de los turistas, y que obviamente son adquiridos con mucho beneplácito (incluyéndome), la tarde de la corrida, es un espectáculo aparte desde el momento de ingreso, donde los personajes ilustres  y celebérrimos sevillanos, llegan al coso con sus bellos carruajes, manejados por cocheros lujosamente ataviados, las damas sevillanas vestidas de manolas bajan del coche ayudados gentil y cortésmente por el caballero de marras, y que decir de los bellísimos corceles que tiran del coche, preparados y enjaezados para la ocasión. Al ingresar a la Plaza el lleno es total, y la corrida es matizada por una de las bandas más famosas de España, la banda del maestro Tejera, que suena bellísimamente indescriptible. Al finalizar la corrida el público sevillano tanto como los turistas se vuelca a las diversas tabernas, cafeterias y restaurantes que hay en la ciudad, todo allí es taurino, la cabezas de toros disecados, cuadros y fotos taurinas colgadas en las paredes son las constantes, todo allí son conversaciones de toros y de la corrida que acaban de espectar,  que ciudad más taurina de la Madre Patria!!.

Es importante agregar que en todas la ciudades de España existen los llamados City Tours o visitas programadas a los sitios turísticos más importantes de cada lugar, y en el caso de Sevilla uno de los puntos obligados a visitar por el turista aparte de sus lugares emblemáticos como  la torre de oro, la Giralda, el precioso río Guadalquivir, etc, es precisamente una visita guiada a la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla, de igual modo las agencias turísticas promocionan paquetes que incluyen los billetes o entradas a los espectáculos taurinos, alojamiento y reservas en los hoteles locales, visitas a los lugares turísticos en las mañanas, en fin todo aquello relacionado al turismo pero que tiene su actividad central, Los Toros.

Volviendo al tema de la Plaza de Toros de Palca, hay mucho aún por hacer en materia de turismo, pero definitivamente el turismo taurino es innegable, pues cientos de turistas vienen de diversos puntos del país atraídos por estas fiestas, por ello es importante trabajar en este sentido, pues Palca tiene como una de sus fortalezas organizar una de las mejores corridas formales a Nivel Nacional y recientemente ha sido declarada, propiciado por mi persona como Aficionado, por la ordenanza Municipal del distrito de palca 012-2012 MDP, como “Ciudad Taurina”, hecho sin precedentes gracias al gran entusiasmo y receptividad del Alcalde de Palca , su plana de regidores y su Gerente Municipal, ordenanza que tiene como objetivo, preservar esta antigua tradición y sobre todo fomentar el Turismo Taurino que aún no es reconocido en nuestra Provincia como tal.  Por todo ello la programación de las diversas fiestas taurinas de nuestra provincia debe ser incluída en el calendario de actividades que generan turismo, tan igual como las competencias de ciclismo de montaña o las competencias de Down Hill, de no hacerlo se estaría incurriendo en la displicencia de no reconocer que “La voz del Pueblo es la voz de Dios” y precisamente las autoridades hemos sido elegidas para fomentar, respetar  y cultivar las diversas tradiciones de nuestros distritos sin menoscabo de lo que cada uno de nosotros pueda pensar particularmente.

El turismo es una actividad perfectamente comprobada que genera toda una cadena económica que beneficia a los pobladores locales, pues cada turista invierte en comida, transporte, alojamiento, compras de artesanías, entradas para actividades turísticas, etc.

Queda pues este punto pendiente en la agenda turística de nuestra Provincia, cual es reconocer al Turismo Taurino como un elemento más a ser considerado como un atractivo turístico de nuestra Bella Tarma.

miércoles, 1 de agosto de 2012


DOS TOROS

Dr. Moisés Tacuri García.

Eran dos toros con parecidas apariencias físicas pero con un trato tan diferente, tanto como su destino y forma de vivir, uno vivía en una granja la cual estaba separada por un alambrado de pùas de una Ganadería vecina donde se criaban toros de lidia, el toro de la granja se llamaba “Manchas”, cuyo dueño lo llamò asi  porque era un toro con piel de fondo blanco con manchas negras, irregulares y grandes.

 El otro toro que pastaba en la ganadería aledaña se llamaba “Idílico”, un hermoso toro de lidia castaño de piel, con enormes astas que realzaban su belleza e imponente figura, cuyo nombre correspondìa al nombre de su madre “Idìlica”, vaca muy brava y de acometida noble, que alguna vez su dueño presentìa que traería gloria y triunfo a su ganaderìa.
 

“Manchas” compartía sus días al lado de muchas gallinas, cerdos, patos y el granjero cada día, le ponía unas vigas de madera en la nuca, atado a su cornamenta  llamado yugo que le ocasionaba un disconfort enorme porque ello significaba que minutos después tiraría de un arado al lado de un compañero y si se detenían les caerían latigazos o golpes con unas ramas, lo que lo obligaba a seguir tirando del arado en esa dura monotonía diaria,  esta era su vida rutinaria, yendo de un extremo a otro de las chacras del granjero, creando surcos para que luego este siembre y llegar rendido por la tarde a su humilde corral.
 

“Manchas” veía como su dueño tomaba decisiones algunos días y  le decía a sus empleados, que toros y vacas eran las escogidas para ir al camal a ser ultimados indefectiblemente dichos dìas, y nunca más regresar, por que este era el orden de las cosas, por que su vida ya estaba programada por los humanos,  que no le pertenecía a èl, nunca le perteneció, sabía que no gozaría los mismos privilegios que el gato ni el perro del Granjero que eran bien alimentados y que por el solo hecho de hacer pantomimas y monadas tenìan el derecho a permanecer junto a sus amos, “Manchas” sabía que un buen día sería escogido y lo llevarían al Camal a ser sometido a una “Faena” o “beneficiado”, nombre pomposo que equivalía a ser muerto, descuartizado y sus músculos  tanto como sus vísceras irían a parar  a las refrigeradoras o a la mesa de los comensales convertidos en sendos churrascos, deliciosas maruchas, anticuchos o pancitas.
 
“Manchas”, pertenecía a ese grupo de animales que impostergablemente estaba destinado a arar y morir algún dìa para alimentar a los humanos, y convertir además su piel ,luego de curtido, en correas, calzados y otros tantos adminículos de cuero, sabía, todo eso sabía y regresaba cada tarde a su corral para rumiar su destino.

“Idílico” por su parte abría los ojos muy temprano en medio del follaje de su dehesa o ganaderìa, hinchaba de aire puro sus pulmones y disponía de campos muy extensos para caminar y correr libremente y cuando tenía hambre, sabía donde su ganadero le dejaba los mejores forrajes y alimentos concentrados que los degustaba feliz, tenía mucha vacas a disposición que lo miraban con respeto, porque su solo mugido infundía miedo, ocasionalmente se detenía ante un árbol a afilar sus pitones y miraba a los patos silvestres alzar el vuelo, correteaba conejos salvajes y veía las grandes llanuras que eran solo para él y su manada, a veces peleaba con otros toros más jóvenes que osaban retarle y siempre salía victorioso, viendo como los impertinentes rivales escapaban de sus afilados cuernos.


Otras veces se miraba en el agua de los tantos estanques que había en su amplio territorio y contemplaba su bella figura , “Idílico” era pues, un inmenso toro de lidia, dicen que sus padres fueron muy bravos y de hecho èl también lo era y así discurrían los días de “Idílico”, asì como cuatro primaveras,  pero a pesar de ello, sabía que algún día su destino era morir, pero a diferencia de “Manchas”, este moriría peleando por su vida, peleando en un ruedo ,enfrentando a un hombre vestido de  vistoso traje que refulgía al sol llamado traje de luces.

Ocasionalmente “Manchas” e “Idílico” cruzaban miradas, siempre separados por la alambrada, alambrada que separaba sus destinos, que separaba sus vidas, que separaba una granja y una ganadería de toros de lidia, que marcaba esa gran diferencia de morir sin pena ni gloria o morir batallando.

Una tarde al llegar “Manchas” a su corral, cansado de tanto arar, como tantos otros días, escuchó a su amo decirle a su empleado, ¡¡¡mañana cargas a “Manchas” al camión y lo llevaremos al camal, me ofrecen buen precio por él!!!, y “Manchas” supo ese instante que su sentencia de muerte estaba dada.

Muy temprano por la mañana “Manchas” fue subido al camión al lado de otros toros y vacas, eran los escogidos para ser llevados al Desolladero, subió, no sin oponer resistencia vana, al camión, entre mugidos de sus congèneres, sintió cerrarse las compuertas del camión y entre el traqueteo del vehículo y golpes de sus compañeros, se detuvieron luego de varias horas en un sitio donde al bajar viò que el piso estaba teñido por un manto rojo de sangre y varios humanos con botas de jebe y mandiles portaban en sus manos filudos cuchillos, y los partìan en pedazos, poco a poco sus compañeros entraban por un delgado corredor llamado “Manga”, llegaban a un estrecho cubo de concreto llamado “Cuba de aturdimiento”, donde veía que unos hombres les propinaban combazos para aturdirlos y no ofrecer ninguna resistencia al momento de ser ultimados inmisericordemente introduciéndole en varios intentos un cuchillo por la nuca, al alzar la vista vió que sus compañeros eran colgados uno a uno de sus patas en un sistema de cadenas y poleas como la ropa que colgaba su ama en esos lejanos días de sol, uno tras otro, muertos, el fin se acercaba, ya su destino estaba escrito, era lo inexorable, “Manchas” siente un golpe en el cràneo, todo se hace borroso, moriría indefectiblemente y nada ni nadie podría evitarlo .
 

Ese mismo día en los predios vecinos a la granja de “Manchas”, “Idílico” subía también defendiéndose fieramente a unos cajones llamados “Jabas”, al lado de cinco toros más de su ganadería, toros tan fieros como él, y eran encajonados cuidadosamente. Los seis toros incluyendo “Idílico”, constituían el encierro que habría de lidiarse en un coso cercano. Su momento de morir también había llegado, después de largas y tediosas horas, los bajaron uno a uno con mucho cuidado a unos corrales amplios llamados “Chiqueros”, al costado de un coliseo abierto al cielo, donde encontraron alimento y agua.
 

A diferencia de “Manchas” y sus amigos, Ellos esperarían algunos días hasta que llegue la tarde donde su vida penderìa de un hilo y se les daría la oportunidad de luchar por ella.

Son las tres y treinta de la tarde el sol parte el Coso en dos en “Sol” y en “Sombra”, hay mucha gente en los tendidos que arman un barrullo descomunal, “Idílico” sabe desde la mañana, en que unos hombres hicieron una especie de sorteo, que será el primero en salir al ruedo, escucha el toque de un clarín y los compases de una melodía llena la tarde y escucha a mucha gente gritar aplaudir y hablar. Suena otro toque de clarín y ve que la puerta se abre solo para él , ya no ve a sus otros compañeros, cada uno ha ido a parar a celdas distintas, al fondo del corredor  observa que un hombre ataviado con un traje de oro, se persigna y se arrodilla con una capa grana y lo llama.


Siente que su sangre hierve y siglos de casta emergen a través de sus bufidos, empieza a correr y embiste, pero el hombre de traje vistoso y brillante una y otra vez lo elude, es una lucha sin cuartel, “Idílico”, no se rinde, no saca la lengua de fatiga, ni escarba el suelo, solo embiste, embiste una y otra vez, decenas de veces, ya el hombre de traje brillante ha cambiado su capa granate por un paño muy rojo como la sangre y escucha a lo lejos una bella melodía, y por las bocas de la gente escucha “olee, olee” una y otra vez, muchas veces.


Calla la música y ve que el hombre de traje brillante saca un filudo estoque e “Idílico” sabe que ha llegado el fin, el fin de sus largos años de libertad, el fin de todo, pero algo pasa, la gente grita desenfrenadamente una palabra que no sabe lo que significa ¡¡¡Indulto!!!, ¡¡¡Indulto!!!, ¡¡¡Indulto!!! Y ve que la Plaza se llena de pañuelos blancos, el hombre de traje brillante mira dubitativo, y al fondo ve que un señor elegante saca un pañuelo anaranjado.



 “Idílico” se apresta a embestir cierra los ojos ante el fin cercano y en vez de una filuda espada que penetre sus carnes siente la palma tibia de la mano del torero. Abre los ojos y piensa que es un sueño, que debe estar en la otra vida, pero nó, está allí, bien parado, pisando la arena caliente por el sol de la tarde , mirando a la gente aplaudir estruendosamente. “Idílico” ha sido indultado ha sido uno de los pocos toros privilegiados del planeta que no ha de cumplir su inexorable sino de morir, ve que se abre la puerta de donde salió y que lo conducirá a los corrales, ingresa instintivamente por el y escucha perderse a lo lejos miles de aplausos, no entiende lo que sucede pero sigue vivo, siii, vivo¡¡¡.
 

Es madrugada del día siguiente, “Idílico” ha regresado a su dehesa, es curado de sus heridas afanosamente por unos doctores, lo acicalan y ve a lo lejos a su dueño, a su ganadero, con una sonrisa de orgullo y a la vez de felicidad, comentando con sus amigos sobre él, sobre su nobleza, sobre su bravura, sobre esa gran lucha que librò la tarde anterior,  sobre el galardón que ha obtenido para su ganadería, de cómo se ganó y se le perdonò la vida.

 Una vez curado de sus superficiales heridas, es devuelto nuevamente al campo, a ese campo que lo vió nacer, y lo verá morir pero de viejo cuando ya la naturaleza, la misma de la que ningún ser vivo se escapa, algún día nos la traerà, pero han de pasar muchos años aùn , donde “Idílico” seguirá gozando de una buena comida, seguirá corriendo por sus extensos campos y esta vez tendrá muchas vacas, por lo menos treinta para engendrar toros similares a èl, nobles y bravos y el dìa que la vejez y la muerte toquen a su puerta, su cabeza será disecada y formarà parte del salón de su amo y en una placa de bronce al pie de su cabeza se escribirà su nombre : “Idìlico” y ese nombre serà recordado por generaciones enteras, aùn mucho tiempo después de esa gloriosa gesta.
 

“Idílico” mira a través del alambrado pero ya no ve a “Manchas”, nunca más lo verá, porque así es el orden de las cosas, porque “Manchas” perteneciò a esos cientos de miles de reses, a ese 95% de bovinos que cada dìa son ultimados para el consumo y otros beneficios para los humanos, porque así lo dispuso el hombre, por los siglos de los siglos…